19

Nov

La toma de impresión en niños

La toma de impresiones en personas adultas suene ser un procedimiento rutinario para un odontólogo experimentado. En la gran mayoría de los casos, no resulta estresante ni para el profesional ni para el paciente, a menos que este último presente un reflejo faríngeo particularmente acentuado. Y, de hecho, en el peor de los casos, si se produce cualquier defecto, basta con repetir la impresión.

Sin embargo, cuando en el sillón tenemos a un niño pequeño, las cosas cambian radicalmente. Pero empecemos por el principio: ¿En qué casos es necesario tomarle una impresión a un niño?

Cuándo es necesario tomarle una impresión a un niño

En la gran mayoría de los casos, la primera situación en que hay que tomar impresiones dentales se presenta en el ámbito ortodóntico. Existen casos en los cuales el ortodoncista puede detectar y corregir una maloclusión cuándo el niño es muy pequeño (puede que incluso a los cuatro años de edad). (1) (2) Actualmente, se tiende a esperar al menos hasta que se complete la erupción dentaria de los primeros molares permanentes, que suele ocurrir en torno a los 6 años de edad, aunque en otros casos se aconseja esperar a la fase de dentición mixta precoz. (3)

En ortodoncia, suelen tomarse impresiones por dos motivos: para preparar aparatología (fija o móvil) o para fines de documentación médico-legal. En ambos casos, las impresiones sobre las que posteriormente se preparan los modelos de yeso deberán representar un punto fijo al principio y al final de cualquier tratamiento ortodóntico.

Sin embargo, hay situaciones poco frecuentes en las que se hace necesario tomar impresiones a niños mucho más pequeños.

Es el caso, por ejemplo, de los niños afectados de fisura labiopalatina. En ocasiones, antes de someterse a una operación quirúrgica para resolver la malformación, se les pone un obturador palatal para evitar la regurgitación de comida en la cavidad nasal. En estos casos, hay que tomar una impresión del paladar del neonato, a veces pocos días después de su nacimiento. (4)

En estos casos, los materiales y las técnicas varían notablemente de un caso a otro y resulta difícil crear protocolos estandarizados.

En los niños que sufren de displasia ectodérmica, sin embargo, suele verificarse cierto grado de oligodoncia o incluso anodoncia completa. En estos casos, es más eficaz realizar procedimientos protésico-ortodónticos para interceptar la situación, facilitar la alimentación del niño y, mediante tornillos de expansión de prótesis, estimular el correcto desarrollo de las arcadas con vistas a una futura rehabilitación. (5) (6) En estos pacientes, los materiales y las técnicas también varían notablemente de un caso a otro.

Pasemos ahora a otro aspecto: ¿cómo se le toma una impresión a un niño?

Cómo se le toma una impresión a un niño

Dejando a un lado los casos más raros, como las formas sindrómicas y las malformaciones congénitas, la toma de impresiones en niños es un procedimiento muy estudiado en la literatura. Al igual que los demás procedimientos odontológicos invasivos en niños, la toma de impresiones debe prestar mucha atención al enfoque psicológico-comportamental, sobre todo en determinados pacientes.

De acuerdo con la descripción de la Asociación Americana de Odontología Pediátrica (AAPD), existe una serie de factores que permiten anticipar el comportamiento del niño. (7) El clínico debe saber reconocer si el pequeño paciente da muestras de ansiedad, tener en cuenta sus miedos y determinar si esos cuadros de ansiedad pueden deberse a experiencias anteriores poco agradables o dolorosas para así entender mejor cómo reaccionar a un determinado estímulo. Entender al paciente desde el punto de vista psicológico es esencial para determinar el enfoque correcto. Otro aspecto que hay que tener en cuenta al tratar con pacientes de corta edad son sus progenitores, que en ocasiones no prestan suficiente atención a la higiene bucal, o incluso tienen miedo a los tratamientos odontológicos y los proyectan en su hijo.

Muchas veces, si el pequeño paciente no colabora, hay que concertar a una segunda cita para evitar crear traumas que podrían entorpecer aún más la colaboración en futuras visitas. Hablando más específicamente del procedimiento de toma de impresión, existen diferentes estrategias para poder controlar el nivel de ansiedad del paciente y también el reflejo faríngeo (8), que suele ser la situación más difícil de gestionar.

Diferentes estrategias para poder controlar el nivel de ansiedad del niño

El reflejo faríngeo evita la entrada de cuerpos extraños en la tráquea, en la faringe y en la laringe y entra poco a poco en regresión durante los cuatro primeros años de vida. La prevalencia de un reflejo faríngeo acentuado entre los cuatro y los doce años es del 28,5 %. La etiología del reflejo faríngeo puede ser somática o psicológica. El reflejo puede deberse a estímulos sensoriales (táctiles, auditivos, visuales y olfativos). No es raro que la estimulación táctil y olfativa que se produce durante una impresión genere este reflejo que, en caso de prolongarse, dificultará o incluso hará imposible la tarea de obtener una impresión suficientemente precisa: el reflejo faríngeo provoca movimientos espasmódicos y descoordinados del velo del paladar, de las paredes abdominales y de los músculos intercostales y diafragmáticos.

En este tipo de reacción pueden influir determinados estados de ansiedad y anteriores episodios negativos durante visitas al dentista.Se han propuesto diferentes estrategias para contener esta reacción, como por ejemplo técnicas de relajación, desensibilización sistémica, enfoques farmacológicos, anestesia local, sedación consciente, acupuntura e incluso hipnosis.

Por lo general, es la toma de impresiones de la arcada superior la que provoca el reflejo faríngeo. El centro medular del reflejo faríngeo lo controla en parte la corteza cerebral por medio de redes neuronales. Por ese motivo, existe la posibilidad de controlar el reflejo, aunque sea parcialmente, mediante técnicas de distracción. Se han analizado diversas técnicas: hacer respirar al niño por la nariz y controlar el tiempo con la mano, o bien hacer que el niño levante un brazo o una pierna y los mantenga levantados mientras dure el procedimiento. Son todas técnicas que han resultado ser eficaces, sin bien no hay evidencia de que unas sean mejores que otras. Lo importante es que se consiga distraer al pequeño paciente del procedimiento al que se está sometiendo.

Otro punto interesante es la secuencia. (9) Mientras que los adultos, por lo general, prefieren empezar con los procedimientos que resultan más fastidiosos o dolorosos y acabar con los que lo son menos, en los niños ocurre lo contrario: es mejor empezar por lo más leve y pasar luego a lo más pesado. Por eso, en los niños, se recomienda empezar por la impresión de la arcada inferior.

Los materiales más adecuados para la toma de impresiones en niños

Hablaremos ahora de los materiales más adecuados para la toma de impresiones en niños. A fin de contener el reflejo faríngeo y limitar las molestias durante la toma de impresión, se priorizarán los materiales de acción rápida y ultrarrápida (fast y extra-fast), ya que garantizan unos tiempos en boca limitados. Estos son los materiales que conviene utilizar con los niños.

Otro aspecto fundamental es el aroma: se prefieren los materiales aromatizados y que no exacerben el reflejo faríngeo debido a estímulos olfativos. Otro punto que hay que tener en cuenta es que, a diferencia de la prótesis fija, no es necesario obtener una impresión precisa y exacta, ya que los productos que se creen no estarán destinados a quedarse en boca durante muchos años, sino exclusivamente durante el tiempo necesario para el tratamiento. Además, los posibles huecos entre la aparatología y la superficie del diente podrán rellenarse con cemento.

Teniendo en cuenta estos aspectos, el material más utilizado para impresiones ortodónticas en niños resulta ser el alginato. (10) El alginato es, de hecho, un material económico, con tiempos de endurecimiento muy rápidos y que normalmente tiene color y un aroma agradable.

La toma de impresiones en niños: un resumen

En resumen, la toma de impresiones en niños requiere tener en cuenta algunos aspectos particulares.

En primer lugar, hay que evaluar al niño desde el punto de vista psicológico y comportamental; y, en segundo lugar, hay que contar con la ayuda de todo el equipo profesional para evitar situaciones que creen ansiedad. Desde el momento en que el niño se siente en el sillón, habrá que informarle de los diferentes pasos. Una vez se cuente con su colaboración, habrá que empezar a distraerlo haciéndole preguntas, pidiéndole que haga determinados movimientos y empezar por la impresión de la arcada inferior, sin dejar de distraerlo en ningún momento.

Un aspecto fundamental en la toma de impresiones en niños es el tiempo. Cuanto menos dure el procedimiento, mejor. Se prefieren, por tanto, los materiales fast y extra-fast (rápidos y ultrarrápidos). Dado que el reflejo faríngeo tiene un componente vinculado a los estímulos olfativos, se priorizarán materiales que tengan aromas agradables. Una vez terminada la impresión de la arcada inferior, se pasará a la superior, de nuevo sin dejar de distraer al paciente y manteniendo una posición lo más erguida posible.

La solución de Zhermack para la toma de impresiones en niños

Para la toma de impresiones en niños, Zhermack sugiere la solución Orthoprint, un alginato extrarrápido y con aroma de vainilla que el 97 % de quienes lo han utilizado recomiendan para ortodoncia (11). Las características distintivas que hacen que Orthoprint sea ideal para odontología pediátrica y ortodoncia son el tiempo limitado en boca (que ayuda a que los pacientes lo toleren mejor (11)), el aroma a vainilla, que ayuda a que resulte agradable a niños (12), y su elevada elasticidad.


Bibliografía

(1) Woon, S. C., & Thiruvenkatachari, B. (2017). Early orthodontic treatment for Class III malocclusion: A systematic review and meta-analysis. American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, 151(1), 28-52.

(2) LINDNER, A. (1989). Longitudinal study on the effect of early interceptive treatment in 4‐year‐old children with unilateral cross‐bite. European Journal of Oral Sciences, 97(5), 432-438.

(3) Lippold, C., Stamm, T., Meyer, U., Végh, A., Moiseenko, T., & Danesh, G. (2013). Early treatment of posterior crossbite-a randomised clinical trial. Trials, 14(1), 1-10.

(4) Chandna, P., Adlakha, V. K., & Singh, N. (2011). Feeding obturator appliance for an infant with cleft lip and palate. Journal of Indian Society of Pedodontics and Preventive Dentistry, 29(1), 71.

(5) Tarjan, I., Gabris, K., & Rozsa, N. (2005). Early prosthetic treatment of patients with ectodermal dysplasia: a clinical report. The Journal of prosthetic dentistry, 93(5), 419-424.

(6) Ou-Yang, L. W., Li, T. Y., & Tsai, A. I. (2019). Early prosthodontic intervention on two three-year-old twin girls with ectodermal dysplasia. European journal of paediatric dentistry, 20(2), 139-142.

(7) https://www.aapd.org/globalassets/media/policies_guidelines/i_overview.pdf

(8) Dixit, U. B., & Moorthy, L. (2021). The use of interactive distraction technique to manage gagging during impression taking in children: a single-blind, randomised controlled trial. European Archives of Paediatric Dentistry, 22(2), 219-225.

(9) Kaakko, T., Horn, M. T., Weinstein, P., Kaufman, E., Leggott, P., & Coldwell, S. E. (2003). The influence of sequence of impressions on children’s anxiety and discomfort. Pediatric dentistry, 25(4), 357-364.

(10) Staley, R. N., & Reske, N. T. (2011). Essentials of orthodontics: diagnosis and treatment. John Wiley & Sons.

(11) Key-Stone Italia survey, 2019

(12) Zhermack Italy and Germany survey, 2019


¿Desea más información sobre los productos y soluciones de Zhermack Dental?

Contáctenos