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Ortodoncia interceptiva: cuándo interceptar una maloclusión con un tratamiento precoz

La AAO (Asociación Americana de Ortodoncistas) recomienda realizar la primera visita de ortodoncia a los 7 años de edad como muy tarde. (1) Esperar más podría ser un error, ya que hay problemas que se pueden corregir fácilmente si se diagnostican a tiempo.

Un tratamiento interceptivo precoz puede corregir algunas maloclusiones que, una vez finalizado el crecimiento, serían más difíciles de tratar. (1)

Hay algunos signos que pueden alarmar a los padres y que merecen una atención ortodóncica en profundidad, por ejemplo, la pérdida temprana o tardía de los dientes de leche, dificultad para morder o masticar, respiración bucal, succión del pulgar, apiñamiento dental importante, etc. (1)

Un tratamiento interceptivo puede:

  • Guiar el crecimiento maxilomandibular
  • Reducir el riesgo de traumatismo resultante de la protrusión de los incisivos
  • Corregir cualquier mal hábito
  • Guiar los dientes permanentes hacia una posición más favorable
  • Mejorar la competencia de los labios (1)

Aunque la mayoría de los tratamientos de ortodoncia se realizan entre los 9 y los 14 años, algunos niños pueden beneficiarse de una atención más temprana.

Las ventajas del tratamiento interceptivo precoz

A lo largo de los años, las investigaciones han demostrado que algunas maloclusiones pueden beneficiarse de un tratamiento interceptivo precoz, que hace que el tratamiento tardío resulte más fácil o, en algunos casos, incluso innecesario. (2)

Aplazar el tratamiento en una sola fase hasta una edad más avanzada y por tanto dejar al niño con su maloclusión también podría repercutir desde el punto de vista psicológico y social sobre su calidad de vida. (3)

El tratamiento precoz debería:

  • Facilitar una posible segunda fase
  • Mejorar el aspecto psicológico/social del niño y su autoestima
  • Reducir la posibilidad de que sean necesarias extracciones en el futuro
  • Aprovechar el crecimiento disponible sin erosionar innecesariamente la colaboración del pequeño paciente ni los recursos económicos de la familia, siempre con el fin de ofrecer la terapia más eficaz y eficiente

Existe una brecha importante entre lo que se ha demostrado en la literatura médica y lo que se puede observar clínicamente respecto a la necesidad de una intervención precoz.

Es necesario que el clínico, basándose en las evidencias actuales, module su tratamiento en función de cada caso individual, considerando todas las variables disponibles.

Ortodoncia interceptiva: ¿cuándo está indicada?

Con el tiempo, la literatura ha demostrado con cierto grado de evidencia que el tratamiento de ortodoncia interceptivo precoz está indicado como alternativa en casos de mordida cruzada y de terceras clases. (2)

La corrección precoz de este tipo de maloclusión evita las complejas secuelas que podrían producirse en el futuro, sin intervención alguna. Con este enfoque, el crecimiento anómalo puede normalizarse con un buen grado de estabilidad en el tiempo.

Para otros casos comunes como segundas clases, mordidas abiertas o discrepancias dentoesqueléticas, por ejemplo, el asunto es más complejo y no existen evidencias científicas de que un enfoque interceptivo vaya a ofrecer ventajas. En estos casos es la experiencia del clínico la que guía el plan terapéutico en una dirección u otra.

Veamos ahora los casos individuales que merecen considerarse en el contexto del tratamiento de ortodoncia interceptiva.

Mordida cruzada posterior

Es un problema muy frecuente en niños, con una prevalencia de entre el 8 % y el 22 %. (4)

Puede tener un origen multifactorial, sin embargo se puede encontrar con cierto grado de contracción del maxilar superior. En aproximadamente el 80 % de los casos de mordida cruzada en dentición mixta la causa es una desviación mandibular funcional. (5,6)

Si no se trata, es poco probable que una mordida cruzada posterior con desviación mandibular funcional se corrija por sí sola, y suele afectar también a la dentición permanente. Este tipo de crecimiento desviado y asimétrico puede estabilizarse, dando lugar a un cierto grado de asimetría esquelética en el sujeto al final del crecimiento.

En estos sujetos, el tratamiento interceptivo está indicado lo antes posible. (7,8)

Terceras clases

En el tratamiento de terceras clases es necesario realizar un diagnóstico preciso basado en la cefalometría y los antecedentes familiares del sujeto, así como en los informes odontológicos.

La tercera clase esquelética, considerando el patrón de crecimiento mandibular, normalmente tenderá a empeorar durante la adolescencia (2). Además, se debe considerar que el crecimiento hacia adelante y hacia abajo del maxilar se completa bastante temprano en comparación con otras estructuras (9,10).

La causa de alrededor del 60 % de las terceras clases suele ser una deficiencia maxilar, que en promedio se contrae y retrae en dirección anteroposterior. (11)

Por lo tanto, está claro cómo, en presencia de terceras clases sustentadas por un déficit del maxilar, está indicado el tratamiento precoz inmediato mediante prolongación del maxilar utilizando una mascarilla facial.

Cuanto antes se inicie el tratamiento, más eficaz será, ya que se aprovecha todo el potencial de crecimiento de la mandíbula.

Segundas clases

En este caso, persiste una brecha entre la realidad clínica y la evidencia científica.

De hecho, aunque no ha surgido ninguna evidencia científica que justifique un tratamiento interceptivo precoz para una segunda clase —ya que los resultados serían comparables a los obtenibles con un tratamiento único en fase posterior— sigue siendo un tema muy debatido entre los profesionales y, desde luego, la idoneidad del tratamiento no es algo que los médicos compartan de manera universal. (12)

La única justificación para el tratamiento precoz puede ser la reducción de la posibilidad de traumatismo en los incisivos superiores y una mayor autoestima del paciente. (13)

El problema sagital suele ser expresión de un problema transversal, mientras se corrige el problema transversal se puede trabajar para mejorar la segunda clase sin comprometer la colaboración del paciente, que será esencial cerca del pico de crecimiento, esto es, en el momento adecuado para la corrección de la segunda clase.

Entonces, en sí misma, una segunda clase no representa una indicación para el tratamiento interceptivo precoz.

Mordida abierta

A menudo, la mordida abierta se acompaña de una contracción transversal y de hábitos alterados como la interposición de la lengua, la incompetencia labial y la succión. (14)

Cuando la mordida abierta no tiene soporte esquelético (hiperdivergencia) entonces será suficiente implementar una terapia para normalizar la contracción maxilar (si hay presente) y una terapia conductual/del habla/miofuncional para corregir el mal hábito.

Discrepancias dentobasales

Para este tipo de problema es difícil encontrar una indicación común, pero resulta necesario evaluar cuidadosamente cada caso individual, teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades de una posible intervención precoz, o decidir esperar y tratar la maloclusión en un momento posterior.


Bibliografía

  1. https://www.aaoinfo.org/wp-content/uploads/2018/07/Your_Childs_First_Checkup-15-cons-hl.pdf
  2. Schneider-Moser, U. E. y Moser, L. (2022). Very early orthodontic treatment: when, why and how?. Dental press journal of orthodontics, 27, e22spe2.
  3. Artese, F. (2019). A broader look at Interceptive Orthodontics: What can we offer?. Dental press journal of orthodontics, 24, 7-8.
  4. da Silva Filho, O. G., Santamaria Jr, M. y Filho, L. C. (2007). Epidemiology of posterior crossbite in the primary dentition. Journal of Clinical Pediatric Dentistry, 32(1), 73-78.
  5. Kutin, G. y Hawes, R. R. (1969). Posterior cross-bites in the deciduous and mixed dentitions. American journal of orthodontics, 56(5), 491-504.
  6. Clifford, F. O. (1971). Cross-bite correction in the deciduous dentition: principles and procedures. American journal of orthodontics, 59(4), 343-349.
  7. Harrison, J. E. y Ashby, D. (2001). Orthodontic treatment for posterior crossbites. The Cochrane database of systematic reviews, (1), CD000979-CD000979.
  8. Lippold, C., Stamm, T., Meyer, U., Végh, A., Moiseenko, T. y Danesh, G. (2013). Early treatment of posterior crossbite-a randomised clinical trial. Trials, 14, 1-10.
  9. Ochoa, B. K. y Nanda, R. S. (2004). Comparison of maxillary and mandibular growth. American journal of orthodontics and dentofacial orthopedics, 125(2), 148-159.
  10. Laowansiri, U., Behrents, R. G., Araujo, E., Oliver, D. R. y Buschang, P. H. (2013). Maxillary growth and maturation during infancy and early childhood. The Angle Orthodontist83(4), 563-571.
  11. Guyer, E. C., Ellis III, E. E., McNamara Jr, J. A. y Behrents, R. G. (1986). Components of Class III malocclusion in juveniles and adolescents. The Angle Orthodontist, 56(1), 7-30.
  12. O’Brien, K., Wright, J., Conboy, F., Sanjie, Y., Mandall, N., Chadwick, S., … y Shaw, I. (2003). Effectiveness of early orthodontic treatment with the Twin-block appliance: a multicenter, randomized, controlled trial. Part 1: dental and skeletal effects. American journal of orthodontics and dentofacial orthopedics, 124(3), 234-243.
  13. Ren, Y. (2004). Very few indications justify early treatment for severe Class II malocclusions. Evidence-Based Dentistry, 5(4), 100-101.
  14. Ngan, P. y Fields, H. W. (1997). Open bite: a review of etiology and management. Pediatric dentistry, 19(2), 91-98.

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