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Descripción general de los ingredientes activos utilizados en los desinfectantes dentales

En el Decreto Ministerial 135/90 del gobierno italiano del 15 de diciembre de 1990 se recoge lo siguiente: “La prevención de enfermedades infecciosas es un deber ético y moral y también una precisa obligación legal” (1).

En la práctica clínica, la gestión de la higiene de la consulta dental y, por lo tanto, del riesgo de infecciones es, de hecho, una obligación tanto del dentista como de los colaboradores que se encargan de esta tarea. Para llevar a cabo esta prevención, los dentistas, y quienes trabajen con ellos, deben conocer y tener la debida formación sobre las prácticas de higiene, desinfección y esterilización que deben llevarse a cabo en la clínica o consulta dental.

Riesgo de infecciones cruzadas en el ámbito odontológico

Las infecciones cruzadas se consideran una de las principales complicaciones relacionadas con la atención sanitaria; afectan a entre el 5 y el 10 % de los pacientes hospitalizados y conllevan un coste anual estimado de aproximadamente 4500 millones de dólares en los Estados Unidos (2).

En el ámbito odontológico, es difícil dar una estimación, pero el riesgo de infección cruzada siempre está presente (3). Y está presente no solo entre el personal sanitario y el paciente, sino también de paciente a paciente, y puede afectar también a los protésicos dentales, colaboradores o al personal de asistencia técnica que ocasionalmente visiten la consulta (4).

La desinfección en consultas dentales

Sin duda, uno de los métodos más utilizados, aunque no el único, para prevenir las infecciones en las consultas dentales es la desinfección. La desinfección se define como el proceso de eliminación de microorganismos, incluidos aquellos potencialmente patógenos, de las superficies de objetos inanimados (5,6).

Es bien sabido que muchísimos agentes patógenos pueden transmitirse de un huésped a otro no solo de forma directa, sino también a través de las superficies o los instrumentos presentes en el entorno. Se pueden formar muchos biofilms que pueden permanecer en estas áreas durante un largo período de tiempo, hasta que sean eliminados mediante una intervención activa física, química o de ambos tipos (7).

La importancia de la acción química

La acción mecánica de limpieza desempeña sin duda un papel importante, pero se debe complementar con una acción química que elimine completamente los microorganismos y preserve las superficies de posibles recolonizaciones.

La eficacia de un desinfectante depende del grado de acción de los principios activos que lo componen y del tipo de microorganismo sobre el que debe actuar (8). Los desinfectantes pueden ser esporostáticos, pero no necesariamente esporicidas, ya que muchos de ellos no matan las esporas (9).

Principales tipos de desinfectantes dentales

De hecho, existen desinfectantes de nivel «alto», «intermedio» o «bajo» según la potencia del desinfectante.
Los desinfectantes de “alto nivel” son los activos sobre todo el espectro microbiano, excepto las esporas cuando están presentes en concentraciones elevadas.

Algunos de estos desinfectantes, si se utilizan en concentraciones adecuadas y durante tiempos de contacto largos de entre 6 y 10 horas, son capaces de destruir también las esporas y se clasifican como desinfectantes/esterilizantes (desinfectantes a base de glutaraldehído, ácido peracético) (10).

Los principios activos como el dióxido de cloro, los polifenoles y los cloroderivados son de “nivel intermedio” y actúan sobre casi todos los microorganismos, excepto las esporas.

Existen otros principios activos de “bajo nivel” como las sales de amonio cuaternario y los derivados del cloro en una concentración de Cl < 100 ppm, que son capaces de matar la mayoría de las bacterias, algunos hongos y virus, pero no los microorganismos resistentes como los del género Mycobacterium, responsables de la tuberculosis, y las esporas.

Los mecanismos antimicrobianos de los desinfectantes dentales

La casi totalidad de estos principios activos actúa sobre todo contra la superficie externa (pared/cápside/membrana celular) de los microorganismos, pero no actúa contra el interior de estos (9).

La perforación del revestimiento externo o el cambio inducido por la interacción con las proteínas de superficie generan un efecto significativo sobre el equilibrio osmótico del microorganismo, lo que finalmente induce su muerte (9).

Algunos presentan, además, diferentes mecanismos antimicrobianos según el tipo de microorganismo con el que entren en contacto. Por ejemplo, el glutaraldehído es activo contra un gran número de microorganismos:

  • En presencia de esporas bacterianas, bajas concentraciones de glutaraldehído inhiben la germinación, mientras que altas concentraciones pueden ser esporicidas, probablemente como consecuencia de la interacción con las capas celulares externas. Sin embargo, la capacidad de penetración también depende del tipo de glutaraldehído (más o menos ácido/alcalino), lo que puede facilitar o dificultar la penetración en las capas internas de la espora (11);
  • con las micobacterias, el glutaraldehído tiene una acción en parte aún desconocida, pero que probablemente implique un ataque a la pared celular de la micobacteria (12);
  • con las bacterias Gram+ y Gram-, el glutaraldehído reacciona formando una reticulación con los grupos aminados de las proteínas de superficie, inhibiendo así los procesos de transporte de sustancias desde el exterior hacia el interior de la célula y los sistemas enzimáticos encargados de reaccionar con los diversos sustratos (9);
  • contra los hongos, en cambio, el glutaraldehído interactúa principalmente con la quitina de la pared celular de los hongos, de manera similar a lo que hace con el peptidoglicano de la pared de las bacterias (13);
  • el glutaraldehído es un potente viricida. Su acción parece ir orientada a la formación de enlaces cruzados con las proteínas de la cápside y el ADN viral, inhibiendo su síntesis (14).

A pesar de su excelente perfil de eficacia, hoy en día el glutaraldehído se va abandonando gradualmente debido a su bajo perfil de seguridad: de hecho, tiene un fuerte poder irritante para las mucosas oculares y nasales, y es un leve irritante cutáneo, con posibles manifestaciones de sensibilización.

Además, los estudios más recientes parecen excluir efectos mutágenos y cancerígenos, pero se han descrito alteraciones del sistema nervioso central y fetotoxicidad en los animales.

¿Qué desinfectante elegir en una consulta dental?

En conclusión, la desinfección es una práctica esencial en la prevención de infecciones cruzadas en las consultas dentales. La elección de un desinfectante adecuado debe basarse siempre en las características de las superficies que tratar, los procedimientos adoptados dentro de las instalaciones y el nivel de eficacia requerido y garantizado por el desinfectante dentro del espectro de acción declarado.

El uso correcto de desinfectantes de nivel alto, intermedio o bajo, junto con las prácticas de limpieza mecánica, reduce el riesgo de contaminaciones, protegiendo a todos los que operan y reciben atención en el contexto odontológico.

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Bibliografía

  1. Decreto Ministeriale 15 dicembre 1990. Available from: https://www.epicentro.iss.it/infettive/pdf/DM_151290.pdf
  2. Rutala WA, Weber DJ. Disinfection and sterilization in health care facilities: what clinicians need to know. Clin Infect Dis. 2004 Sep 1;39(5):702–9.
  3. Schönning C, Jernberg C, Klingenberg D, Andersson S, Pääjärvi A, Alm E, et al. Legionellosis acquired through a dental unit: a case study. J Hosp Infect. 2017 May;96(1):89–92.
  4. Infezione crociata e rischio biologico in ambito odontoiatrico [Internet]. [cited 2024 Sep 5]. Available from: https://www.ildentistamoderno.com/infezione-crociata-e-rischio-biologico-in-ambito-odontoiatrico/
  5. McDonnell G, Burke P. Disinfection: is it time to reconsider Spaulding? J Hosp Infect. 2011 Jul;78(3):163–70.
  6. Disinfection – an overview | ScienceDirect Topics [Internet]. [cited 2024 Sep 5]. Available from: https://www.sciencedirect.com/topics/nursing-and-health-professions/disinfection
  7. Donlan RM. Biofilms: microbial life on surfaces. Emerg Infect Dis. 2002 Sep;8(9):881–90.
  8. Hernández-Navarrete MJ, Celorrio-Pascual JM, Lapresta Moros C, Solano Bernad VM. [Principles of antisepsis, disinfection and sterilization]. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2014 Dec;32(10):681–8.
  9. McDonnell G, Russell AD. Antiseptics and disinfectants: activity, action, and resistance. Clin Microbiol Rev. 1999 Jan;12(1):147–79.
  10. Speth J. Guidelines in Practice: Manual High-Level Disinfection. AORN J. 2024 Apr;119(4):275–82.
  11. Thomas S, Russell AD. Temperature-induced changes in the sporicidal activity and chemical properties of glutaraldehyde. Appl Microbiol. 1974 Sep;28(3):331–5.
  12. Russell AD. Activity of biocides against mycobacteria. Soc Appl Bacteriol Symp Ser. 1996;25:87S-101S.
  13. Gorman SP, Scott EM. Potentiation and stabilization of glutaraldehyde biocidal activity utilizing surfactant-divalent cation combinations. International Journal of Pharmaceutics [Internet]. 1979 Nov 1 [cited 2024 Oct 10];4(1):57–65. Available from: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/037851737990098X
  14. Bailly JL, Chambon M, Peigue-Lafeuille H, Laveran H, De Champs C, Beytout D. Activity of glutaraldehyde at low concentrations (less than 2%) against poliovirus and its relevance to gastrointestinal endoscope disinfection procedures. Appl Environ Microbiol. 1991 Apr;57(4):1156–60.

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