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Minitornillos y anclaje absoluto en ortodoncia: ventajas, materiales y aplicaciones

Desde siempre, una de las mayores limitaciones de la ortodoncia tradicional ha sido el manejo de los anclajes; los movimientos y biomecánicas complejos, como los generados durante la desincrustación de dientes incrustados, durante los movimientos de intrusión o durante importantes traslaciones sagitales, requieren efectivamente un anclaje máximo o absoluto.

En ortodoncia, para obtener el movimiento dentario se debe aplicar una fuerza que generará una reacción igual y opuesta. Para limitar los efectos de esta reacción, salvo que sea deseada, se deben prever anclajes que pueden ser mínimos, medios o máximos dependiendo del efecto esperado de la reacción sobre el propio anclaje. (1)

El anclaje se puede clasificar como simple, fijo, recíproco, intraoral, intermaxilar o extraoral. (2)

En este contexto, los minitornillos representan una verdadera revolución en lo que respecta al tratamiento ortodóncico.

Minitornillos (TADS): características y materiales

Los minitornillos o TADS (del inglés Temporary Anchorage Devices, dispositivos de anclaje temporal) son dispositivos endoóseos temporales atornillables y representan el único anclaje absoluto verdadero en ortodoncia. (3)

Pueden estar fabricados de diferentes materiales (4,5) pero deben reunir mínimos denominadores comunes.

El material debe:

  1. ser no tóxico y biocompatible;
  2. poseer excelentes propiedades mecánicas;
  3. resistir al estrés, la deformación y la corrosión.

Los materiales más utilizados para la producción de minitornillos son acero inoxidable quirúrgico o aleaciones a base de titanio, ambos de los cuales son materiales biocompatibles. (6)

Los tornillos de titanio permiten obtener un contacto directo con el hueso y una osteointegración con el tejido óseo circundante, mientras que los tornillos de acero tienden a desarrollar una fibrointegración del tornillo dentro del hueso. (7-9)

A pesar de las diferencias mencionadas anteriormente, ambos materiales pueden ofrecer resultados clínicos predecibles y una estabilidad biomecánica comparable. (10,11)

El titanio, que gracias a la osteointegración debería garantizar una estabilidad superior, no es sin embargo superior al acero, y esto puede explicarse porque el mecanismo de integración de la mayoría de los minitornillos falla y por tanto tiende a formarse una capa de conectivo fibroso en la interfaz del implante óseo como en presencia de minitornillos de acero. (12)

La mayor diferencia entre ambos materiales es que el acero ofrece mejores características mecánicas (13,14). Cuando durante el atornillado o extracción de los tornillos se superan los valores de par, y por tanto los límites de tensión de torsión, gracias a la mayor resistencia del acero se producen menos fracturas.  (15)

(H3) Las ventajas de los minitornillos y del anclaje esquelético

Todas las ventajas del uso de minitornillos se deben a la posibilidad de tener un anclaje esquelético y, por tanto, absoluto.

Dependiendo de la localización y del tipo de fuerza que se aplique, se pueden obtener anclajes que anteriormente habrían requerido el uso de biomecánica compleja, dispositivos extraorales o una gran colaboración por parte del paciente.

El anclaje esquelético también puede tener éxito donde otras biomecánicas supondrían un desafío. (1)

Algunos movimientos, como la intrusión pura, son extremadamente difíciles sin el uso de minitornillos. En las posiciones correctas, los minitornillos pueden permitir importantes movimientos sagitales sin necesidad de colaboración por parte del paciente. Al no haber movimientos ni fuerzas de reacción, es posible obtener resultados mejores y más predecibles. 

El anclaje esquelético puro puede ser electivo en los casos en los que se desee un efecto ortopédico/esquelético, sin modificar la posición de los dientes.

Los minitornillos se pueden integrar en dispositivos ya existentes, sustituyendo o mejorando el tipo de anclaje, con el fin de reducir o eliminar movimientos no deseados que podemos obtener con los anclajes tradicionales. (16-18)

Los minitornillos pueden aplicarse en diferentes sitios anatómicos, en sitios interradiculares o extrarradiculares (19-21).

Biomecánicamente, la zona de aplicación ofrece ventajas y desventajas en cuanto a los movimientos que se quieren lograr. Los minitornillos interradiculares, por ejemplo, limitan el movimiento de los dientes en las zonas cercanas al propio tornillo.

Entre las desventajas de usar TADS recordamos la posibilidad de fallos y pérdida de estabilidad, el mayor riesgo de daño iatrogénico durante la colocación de los tornillos y el aumento de costes.


Bibliografía

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  2. Ottofy, L. (1923). Standard dental dictionary. Laird y Lee, Incorporated.
  3. Daskalogiannakis, J., Miethke, R. R. y McNamara, J. A. (2000). Glossary of orthodontic terms (p. 79). Batavia, IL, USA: Quintessence Publ..
  4. Singh, K., Kumar, D., Jaiswal, R. K. y Bansal, A. (2010). Temporary anchorage devices–Mini-implants. National journal of maxillofacial surgery, 1(1), 30-34.
  5. Bollero, P., Di Fazio, V., Pavoni, C., Cordaro, M., Cozza, P. y Lione, R. (2018). Titanium alloy vs. stainless steel miniscrews: an in vivo split-mouth study. European review for medical and pharmacological sciences, 22(8), 2191-2198.
  6. Cornelis, M. A., Scheffler, N. R., De Clerck, H. J., Tulloch, J. C. y Behets, C. N. (2007). Systematic review of the experimental use of temporary skeletal anchorage devices in orthodontics. American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, 131(4), S52-S58.
  7. Branemark, P. I. (1977). Osseointegrated implants in the treatment of the edentulous jaw: experience from a 10-year period. Scad J Plast Reconstr Surg, 16, 1-132.
  8. Albrektsson, T., & Hansson, H. A. (1986). An ultrastructural characterization of the interface between bone and sputtered titanium or stainless steel surfaces. Biomaterials, 7(3), 201-205.
  9. Gotman, I. (1997). Characteristics of metals used in implants. Journal of endourology, 11(6), 383-389.
  10. Papadopoulos, M. A. (2008). Orthodontic treatment of Class II malocclusion with miniscrew implants. American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, 134(5), 604-e1.
  11. Reynders, R., Ronchi, L. y Bipat, S. (2009). Mini-implants in orthodontics: a systematic review of the literature. American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, 135(5), 564-e1.
  12. Nanda, R. y Uribe, F. A. (2010). Miniviti e placche: Dispositivi temporanei di ancoraggio in ortodonzia. Elsevier Health Sciences.
  13. Buschang, P. H., Carrillo, R., Ozenbaugh, B. y Rossouw, P. E. (2008). 2008 survey of AAO members on miniscrew usage. Journal of clinical orthodontics: JCO, 42(9), 513-518.
  14. Francioli, D., Ruggiero, G. y Giorgetti, R. (2010). Mechanical properties evaluation of an orthodontic miniscrew system for skeletal anchorage. Progress in orthodontics, 11(2), 98-104.
  15. Brown, R. N., Sexton, B. E., Chu, T. M. G., Katona, T. R., Stewart, K. T., Kyung, H. M. y Liu, S. S. Y. (2014). Comparison of stainless steel and titanium alloy orthodontic miniscrew implants: a mechanical and histologic analysis. American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, 145(4), 496-504.
  16. Sahin, T., Delforge, A., Garreau, E., Raoul, G. y Ferri, J. (2016). Orthopedic treatment of Class III malocclusions using skeletal anchorage: A bibliographical review. International Orthodontics, 14(3), 263-272.
  17. Fouda, A. S., Aboulfotouh, M. H., Attia, K. H. y Abouelezz, A. M. (2020). Carriere Motion Appliance with miniscrew anchorage for treatment of Class II, division 1 malocclusion. J Clin Orthod, 54(10), 633-641.
  18. Lin, L., Ahn, H. W., Kim, S. J., Moon, S. C., Kim, S. H. y Nelson, G. (2015). Tooth-borne vs bone-borne rapid maxillary expanders in late adolescence. The Angle Orthodontist, 85(2), 253-262.
  19. Chang, C. H., Lin, L. Y. y Roberts, WE (2021). Orthodontic bone screws: A quick update and its promising future. Orthodontics & Craniofacial Research, 24, 75-82.
  20. Poggio, P. M., Incorvati, C., Velo, S. y Carano, A. (2006). “Safe zones”: a guide for miniscrew positioning in the maxillary and mandibular arch. The Angle Orthodontist, 76(2), 191-197.
  21. Ghosh, A. (2018). Infra-zygomatic crest and buccal shelf-orthodontic bone screws: a leap ahead of micro-implants–clinical perspectives. Journal of Indian Orthodontic Society, 52(4_suppl2), 127-141.

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