Con algunas excepciones (como por ejemplo en el caso de las actividades sanitarias o los laboratorios diagnósticos y de investigación), suele subestimarse el riesgo biológico en los centros de trabajo respecto a otros riesgos laborales, y en ocasiones es poco conocido o incluso ignorado, sobre todo en las actividades que se desempeñan en entornos exteriores.
Sin embargo, ningún centro de trabajo debe considerarse como exento de riesgos, ya que hay presentes agentes biológicos por todas partes: aire, agua, tierra, polvo, residuos, materiales biológicos, alimentos, sustancias de origen vegetal.
Dichos agentes pueden causar infecciones de diversa gravedad, así como intoxicaciones, alergias y, en algunos casos, cáncer[1].
¿En qué consiste la evaluación de riesgos?
El empleador debe evaluar los riesgos para la salud de los trabajadores que pueda tener la exposición (aunque sea potencial) a los agentes biológicos presentes (de manera deliberada u ocasional) en el entorno de trabajo.
A fin de estimar el riesgo de exposición a agentes biológicos, el proceso de evaluación debe seguir estos pasos:
- identificar los peligros, aunque sean solo potenciales;
- estimar la gravedad de las consecuencias derivadas de la exposición a esos peligros;
- identificar y cuantificar el número de sujetos expuestos;
- medir el alcance de las exposiciones[2].
La evaluación de los riesgos biológicos constituye una obligación legal para todas las actividades laborales en las que pueda existir un riesgo de exposición.
¿Qué se entiende por contaminación biológica?
Según dispone el Decreto Legislativo italiano n.º 81/2008 y sus posteriores modificaciones e integraciones, cabe considerar que «las actividades que se lleven a cabo en el contexto de servicios sanitarios (hospitales, ambulatorios, clínicas dentales, servicios de asistencia)» pueden conllevar la presencia de agentes biológicos (anexo XLIV).
Según dicho documento, el trabajador sanitario está expuesto constantemente al contacto con fluidos biológicos, aerosoles respiratorios, materiales o instrumentos especiales para prácticas médicas o instrumental quirúrgico que podría estar contaminado.
El riesgo biológico puede considerarse, por tanto, como intrínseco a dichas actividades[3].
¿Qué es el ciclo PDCA?
El PDCA es un modelo para la mejora continua de procesos y proyectos; una vez alcanzados los objetivos iniciales, se pasa a fijar nuevos objetivos para aumentar el nivel cualitativo y limitar los índices de no conformidad.
El término PDCA es un acrónimo:
- Plan: Planificación
- Do: Aplicación experimental de lo planificado
- Check: Comprobación de los resultados y de su compatibilidad con lo planificado
- Act: Implementación de las soluciones que hayan superado las comprobaciones[4].
Veamos más en detalle la utilidad del PDCA en el ámbito sanitario.
PDCA y factores de riesgo en el quirófano
Un interesante estudio titulado «Analysis of the Application Effect of PDCA Cycle Management Combined With Risk Factor Management Nursing for Reducing Infection Rate in Operating Room»[5] muestra el efecto de combinar la gestión del ciclo PDCA con la gestión de los factores de riesgo en las actividades de enfermería en un quirófano.
El objetivo del estudio era entender el efecto derivado de combinar el ciclo PDCA con la gestión de los factores de riesgo en las actividades de enfermería en un quirófano.
Para el estudio se seleccionó a 150 pacientes a los que se identificó como grupo «convencional» y otros 150 para el grupo objeto de la investigación. Con el primero (convencional) se observó una gestión rutinaria de las infecciones, mientras que con el segundo se combinó el ciclo PDCA con la gestión de los factores de riesgo.
Las conclusiones del estudio
La tasa de detección de bacilos gram-negativos, cocos y gram-positivos, el nivel de infección de la incisión y la incidencia total de acontecimientos irregulares en el grupo de investigación resultaron ser inferiores que en el grupo convencional.
La tasa cualificada de infección del objeto, de las manos del personal médico y las puntuaciones de calidad de enfermería en el grupo de investigación fueron superiores que los del grupo convencional.
El estudio demostró que, al combinar PDCA y gestión de los factores de riesgo en las actividades de enfermería, se consigue lo siguiente:
- reducir las tasas de detección de bacterias patógenas y de infección de la incisión en quirófano;
- reducir la incidencia de acontecimientos y situaciones irregulares;
- mejorar el nivel de desinfección;
- incrementar notablemente la calidad de las labores de asistencia del personal de enfermería, a las cuales se recurre ampliamente en la práctica clínica;
Para prevenir el riesgo biológico, la línea Zeta Hygiene de Zhermack ofrece una amplia gama de productos para aplicaciones específicas, las cuales garantizan un alto nivel de seguridad y protección tanto para el usuario como para el paciente.
Bibliografía
[1] https://www.epc.it/contenuti/rischio_biologico_sito.pdf
[2] https://www.inail.it/cs/internet/attivita/prevenzione-e-sicurezza/conoscere-il-rischio/agenti-biologici/valutazione-del-rischio.html
[3] https://www.inail.it/cs/internet/docs/allegato-rischio-biologico-negli-ambulatori-edizione-2013.pdf
[5] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8967976/
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