Se entiende como desinfección el uso de medios físicos o químicos para eliminar, desactivar o destruir agentes patógenos presentes en la superficie de un objeto o dispositivo médico.
En particular, en los ambientes clínicos odontológicos, las superficies pueden convertirse en campos de cultivo de microorganismos y, por tanto, en una vía de transmisión de patologías.
El paso de agentes patógenos de superficies contaminadas a los pacientes y viceversa puede producirse de manera indirecta, como por ejemplo a través de guantes contaminados usados por el personal de la consulta o por el contacto directo del paciente con las superficies contaminadas.
Proteger la salud del personal de la consulta y de los pacientes es una condición esencial antes de iniciar cualquier tratamiento odontológico. Para garantizar este aspecto, es importante que el personal de la consulte adopte en su actividad cotidiana procedimientos y protocolos de desinfección y esterilización.
Las superficies del interior de una consulta dental pueden dividirse entre superficies sujetas a contacto clínico y otras que no lo están. Entre las últimas cabe citar los suelos, las paredes, los lavabos, etc. Las superficies de contacto clínico, por otro lado, son todas aquellas que pueden entrar en contacto directo con el paciente durante los tratamientos.
En particular, las superficies clínicas deben estar cubiertas siempre por películas protectoras a fin de prevenir su contaminación por aerosoles o contacto directo (p. ej., contacto entre un guante contaminado y la superficie). Al finalizar el tratamiento de cada paciente, dichas películas deberán retirarse siempre de las superficies (sometiendo estas a procedimientos de desinfección) y sustituirlas por otras nuevas.
Los desinfectantes de superficie utilizados en odontología deberán garantizar los mismos niveles de calidad que los empleados en hospitales. Según eso, cabe destacar algunas características peculiares de un buen desinfectante:
- actividad bactericida, fungicida, tuberculicida y viricida
- testado según las más recientes normativas europeas (EN) y activo en presencia de suciedad
- compatibilidad con las superficies con las que entrará en contacto
- fácil de usar
- tiempo de contacto reducido para garantizar la acción
- buena duración del periodo de almacenamiento
Para una buena desinfección de las superficies pueden utilizarse productos como esprays, espumas y toallitas impregnadas con desinfectante.
Generalmente, una toallita impregnada resulta más cómodas e inmediatas de utilizar; los esprays, por su parte, requieren un paño de papel para aplicarlo. En el caso de los productos alcohólicos en espray, nunca hay que rociarlos directamente sobre la superficie que se desee tratar, sino sobre una toallita o paño de papel y siempre comprobar primero la compatibilidad de la solución sobre una pequeña porción de superficie. Por otro lado, los productos sin alcohol no suelen tener restricciones de uso y, por lo general, tienen un mejor perfil de seguridad de cara al usuario.
En el caso de los productos desinfectantes Zhermack, la gama incluye dos productos alcohólicos (uno en espray y las toallitas húmedas), ambos indicados para las superficies resistentes a la acción de este disolvente. Ahora bien, en el caso en que fuera necesario desinfectar superficies «delicadas», dos posibles alternativas serían el espray en espuma y las toallitas con 0 % de contenido en alcohol.
Cada superficie deberá tratarse, por tanto, con la debida cautela y con los productos adecuados para mantener los altos niveles de seguridad y de calidad clínica que se ofrecen a los pacientes.
¿Desea más información sobre los productos y soluciones de Zhermack Dental?
Contáctenos