La EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.) explica en detalle la diferencia entre las dos acciones antimicrobianas: higienizar y desinfectar.
La higienización consiste únicamente en eliminar la suciedad y reducir la cantidad de gérmenes mediante una acción mecánica[1],[2]. Dicha práctica no tiene como fin matar los virus.
La desinfección, por su parte, permite evitar o detener la proliferación o la acción de los microorganismos mediante la inhibición o la destrucción de estos[3].
Diferencia entre gérmenes y bacterias
¿Qué diferencia hay entre gérmenes y bacterias?
Con el término gérmenes se identifican todos aquellos microorganismos (como virus, bacterias u hongos) capaces de provocar enfermedades en seres humanos.
Muchos gérmenes pueden ser inocuos o incluso útiles, pero algunos pueden provocar infecciones y enfermedades en el ser humano.
Esos microorganismos están presentes en todas partes, desde las superficies de los objetos que nos rodean hasta nuestro propio cuerpo. Entran en contacto con los órganos internos mediante vías de acceso exteriores y diversas formas de transmisión.
La higiene de las manos para evitar las infecciones
El contacto con las manos representa una de las principales vías de entrada de microorganismos en nuestro cuerpo. Por ello, es de fundamental importancia higienizarlas utilizando detergentes y limpiadores específicos.
La higiene de las manos permite reducir de forma significativa el número de bacterias presentes, y el uso de productos antimicrobianos adecuados genera un efecto bacteriostático persistente que impide la proliferación bacteriana.
La actividad germicida de los jabones con acción antimicrobiana
Los jabones sencillos (sin sustancias antimicrobianas) tienen una acción antimicrobiana mínima: eliminan la flora bacteriana transitoria y superficial, pero no puede decirse que resulten eficaces para su uso en procedimientos médico-quirúrgicos y entre el personal sanitario.
Los jabones con sustancias antimicrobianas a base de alcohol contienen isopropanol, etanol y n-propanol. La actividad antimicrobiana de los alcoholes puede atribuirse a su capacidad de desnaturalizar las proteínas.
Las soluciones que contienen entre un 60% y un 95% de alcohol son las más eficaces, ya que presentan una excelente actividad germicida contra bacterias gramnegativas y grampositivas, incluidos patógenos multirresistentes como Mycobacterium tuberculosis y diversos hongos.
Si se utilizan alcoholes para la desinfección de las manos, su acción es muy rápida, pero no persistente. Ahora bien, la reproliferación bacteriana se produce muy lentamente debido a un efecto subletal que los alcoholes tienen sobre algunas bacterias de la piel[4].
Cómo elegir higienizantes y desinfectantes de base alcohólica
Si las manos no están sucias a simple vista (y no requieren higienización), se pueden sanear utilizando sustancias de base alcohólica. La elección de higienizantes y desinfectantes de base alcohólica debe tomarse en función de tres consideraciones:
1. Son más eficaces que el jabón a la hora de reducir el número de microorganismos patógenos presentes en las manos.
2. Son fáciles de usar porque tienen una acción muy rápida.
3. Irritan menos la piel que al usar agua y jabón.
La higiene de las manos es, por tanto, sumamente importante para evitar infecciones nosocomiales, pero ¿qué diferencia hay entre un higienizante y un desinfectante?
Solo los productos desinfectantes tienen una acción antimicrobiana certificada que se indica en la etiqueta. Cada desinfectante tiene la acción para la que se ha testado. Dicho de otra manera, la acción desinfectante es específica para el tipo de microorganismo indicado, lo cual significa que, si un producto tiene acción bactericida, no hay que suponer que sea también eficaz contra los virus, ni viceversa.
En Italia, por ejemplo, los desinfectantes de manos se ponen a la venta como «artículos médico quirúrgicos» (presidi medico-chirurgici o PMC), previa autorización del Ministerio de Salud italiano. A cada PMC se le asigna un número de registro que es obligatorio indicar también en los envases.
Los desinfectantes para la piel (que se clasifican como PMC) deben indicar también en la etiqueta la descripción de su acción desinfectante específica, así como las modalidades y cantidades de uso a fin de garantizar la eficacia del producto
Estas reglas para la clasificación de los desinfectantes de manos como PMC son válidas en Italia, pero el resto de países tendrá cada uno su propia normativa. En cada caso, la distinción entre higienizante y desinfectante es similar en todos los contextos (incluida la bibliografía científica).
Conclusiones
La práctica de la higiene de las manos en el ámbito de los servicios sanitarios ayuda, por tanto, a evitar las infecciones relacionadas con la asistencia y la transmisión de microorganismos potencialmente patógenos tanto en el ámbito asistencial como en el comunitario.
Bibliografía
[1] P. Zunino, «La disinfezione in ambito odontoiatrico»
[2] https://www.iss.it/detergenti-disinfettanti-e-disinfestanti
[3] Finzi G, Aparo U L, Benvenuto A, Cantaro P, Cugini P, D’Alessandro D, Kob K, Lazzari C, Montanile A, Pellissero G, Pili S, Pellicanò A. «Linee guida per il corretto uso degli antisettici – disinfettanti.» 2009; 9
[4] https://www.cdc.gov/mmwr/PDF/rr/rr5116.pdf
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