En el ámbito odontológico, los agentes infecciosos pueden transmitirse por inhalación, inyección, ingestión, contacto con las mucosas, con los ojos o con la piel. [1].
En una clínica dental, una de las principales vías de transmisión es la exposición directa con la sangre y los fluidos corporales. El sangrado gingival se mezcla con la saliva, por lo que debe ser tratado y considerado como material potencialmente infeccioso [2].
Las medidas de prevención y control de infecciones para prevenir o minimizar la transmisión de patógenos entre pacientes, pacientes y sanitarios y viceversa.
El control de infecciones también limita la propagación de infecciones fuera de la clínica dental. [1].
Las precauciones a tomar
Ahora veamos las precauciones que se deben tomar para controlar la propagación de infecciones en las clínicas dentales:
Lavado regular de manos
La vía más común de transmisión de patógenos son las manos.
La higiene de manos se puede realizar mediante:
- lavado de rutina (limpieza normal se realiza con agua y jabón);
- lavado antiséptico (consiste en lavarse las manos con un jabón que contenga un antiséptico);
- antisepsia quirúrgica (un lavado de manos antiséptico realizado por personal quirúrgico antes del tratamiento o la cirugía).
La higiene de manos se debe realizar:
- antes y después del tratamiento de cada paciente (antes de ponerse el equipo de protección individual y después de quitárselo);
- después de tocar objetos contaminados con fluidos corporales (sangre, saliva, secreciones orales y respiratorias) con las manos;
- antes de tocar instrumentos estériles dentro o fuera de su embalaje;
- antes de ponerse los guantes para un procedimiento quirúrgico (antisepsia quirúrgica);
- durante la limpieza: después del lavado de los instrumentos, después de la limpieza de los dispositivos dentales y una vez finalizadas las operaciones de descontaminación;
- antes de salir de la clínica dental.[1]
Uso de equipos de protección individual (EPI)
Los equipos de protección individual (EPI), o barreras protectoras, son componentes esenciales de las medidas de precaución estándar, ya que protegen contra aerosoles o salpicaduras que pueden contener agentes infecciosos.
Entre estos se incluyen: mascarillas, guantes y ropa y gafas de protección.[1]
Mascarillas
Las mascarillas protegen de salpicaduras la mucosa nasal y bucal del sanitario, así como la piel de la cara y el cuello, pero no protegen contra los aerosoles. Las mascarillas deben ajustarse perfectamente al rostro para mejorar su función [2].
La mascarilla es desechable: hay que tener en cuenta su capacidad de filtración. La efectividad de la filtración comienza a disminuir después de 20 minutos de uso debido a la humedad; por lo tanto, si están notablemente húmedas, las mascarillas se deben cambiar durante procedimientos más prolongados.
El uso constante de la mascarilla también evita la contaminación de las superficies ambientales con las secreciones respiratorias del sanitario.
Guantes
El uso de guantes no sustituye al lavado de manos, que debe efectuarse antes de ponerse los guantes y después de quitárselos.
Los guantes deben reemplazarse si están rotos, cortados o perforados. Los cortes o abrasiones en la piel de las manos son un punto de entrada de microorganismos, por lo que se deben cubrir antes de utilizar guantes [1].
Ropa y calzado
Se debe utilizar ropa de protección cuando el procedimiento conlleve un riesgo de contaminación con fluidos corporales importantes o en el caso de procedimientos que generen aerosoles.
Estas batas, de mangas largas que se contaminan durante el tratamiento y complican la higiene de las manos, deben cambiarse después de cada paciente.
El calzado debe ser cerrado, para protegerse de cortes en caso de caída accidental del instrumental. Además deben ser antideslizantes y fáciles de limpiar [2].
Gafas y pantallas de protección facial
La protección de los ojos es fundamental durante el detartraje y cuando se utilizan dispositivos giratorios.
Las gafas protegen los ojos de lesiones penetrantes, salpicaduras o contaminación de fluidos corporales. También se recomiendan a los pacientes para reducir el riesgo de lesiones físicas o químicas debido a los materiales utilizados durante el tratamiento [1].
Se recomienda el uso de pantallas de protección facial cuando se espera que el procedimiento genere aerosoles o salpicaduras importantes.
Debido a que no protegen contra patógenos transmitidos por el aire, gafas y pantallas siempre deben utilizarse acompañadas de una mascarilla quirúrgica.
Manipulación adecuada de instrumental cortante y puntiagudo
Un instrumento afilado es un objeto que puede cortar o causar lesiones.
Los ejemplos más comunes de instrumentos cortantes son las agujas y las hojas de bisturí. Sin embargo, otros objetos como matrices, limas de endodoncia y alambres también pueden causar lesiones percutáneas y, por lo tanto, deben manipularse adecuadamente.
Los objetos punzantes de un solo uso deben colocarse en un recipiente resistente a la perforación (contenedor rígido), ubicado lo más cerca posible del área donde se están utilizando. Nunca deben estar demasiado llenos (máximo dos tercios de su capacidad). [7]
Limpieza, desinfección y esterilización de los equipos
Repasemos ahora todos los procedimientos de limpieza, desinfección y esterilización del instrumental utilizado durante la atención al paciente.
Limpieza mecánica y manual
Es preferible la limpieza mecánica de los instrumentos a la limpieza manual antes de la esterilización.
Esto se debe a que la limpieza mecánica es más eficiente y reduce el riesgo de lesiones percutáneas o exposición a la sangre [8].
La limpieza mecánica se puede realizar con lavadoras desinfectadoras, también conocidas como lavadoras de instrumentos o limpiadores ultrasónicos.
Por lo tanto, no se recomienda la limpieza manual, pero, si se prefiere, debe realizarse en un fregadero especial para la limpieza del instrumental, previamente lleno de agua tibia y detergente.
No se puede utilizar agua caliente, ya que favorece la coagulación de las proteínas, mientras que el agua fría solidifica los lípidos, lo que dificulta la eliminación de residuos del instrumental.
Los instrumentos deben limpiarse con un cepillo de mango largo, manteniéndolo debajo del agua en el fregadero.
Una vez limpios, hay que enjuagarlos con agua tibia o caliente (el agua caliente acelera el secado) e inspeccionarlos con una lupa y una luz adecuada.
Limpieza de la unidad dental y del instrumental radiológico
Todas las partes que puedan retirarse de la unidad dental deben estar esterilizadas, incluidas las piezas de mano.
Los equipos de rayos X, las luces y el sillón dental deben desinfectarse con productos químicos [7].
Para reducir la contaminación durante el uso, los sensores de radiografía digital deben protegerse con una barrera transparente, seguido de una limpieza y esterilización térmica, o desinfección de alto nivel, entre un paciente y otro. [1]
Las superficies de contacto clínicas deben cubrirse con barreras protectoras y cambiarse después de cada paciente. Se puede utilizar la inmersión de los instrumentos en un agente químicoadecuado, con fines de desinfección, incluso antes de la esterilización [7].
El objetivo de esta última es destruir todos los microorganismos activos de los instrumentos, incluidas las esporas bacterianas. Los métodos de esterilización más comunes en odontología son la esterilización por vapor a presión y por calor seco [1].
Esterilización por vapor a presión (autoclave)
La esterilización por vapor a presión (autoclave) es el método más común en odontología.
Es práctico y rápido, y se puede comprobar la eficacia de la esterilización. El autoclave utiliza altas temperaturas de 121 °C o ciclos de 134 °C [2].
La desventaja es que el instrumental que no resiste las altas temperaturas no puede esterilizarse en un autoclave.
El autoclave tiende a oxidar los instrumentos y las fresas de acero al carbono, por lo que es necesario secarlos al aire al final del ciclo [1].
Esterilización por calor seco
Este método utiliza hornos de calor seco convencionales, de ciclo corto y altas temperaturas, para artículos que no pueden exponerse al calor húmedo, aire estático o aire forzado.
Las altas temperaturas pueden dañar los objetos sensibles al calor: los ciclos son más largos a temperaturas más bajas y los hornos deben calibrarse.
La esterilización por calor seco no corroe los instrumentos y se puede comprobar la eficacia de la esterilización [1].
La cultura de la prevención
Una clínica dental se considera un entorno de trabajo con riesgo biológico: los protocolos para minimizar las lesiones percutáneas deben, por tanto, ser conocidos por todo el personal de la consulta, revisados y controlados periódicamente.
Es necesario considerar a cada paciente como potencial portador de una enfermedad infecciosa transmisible, manteniendo siempre un nivel constante de atención y adoptando procedimientos de descontaminación, desinfección y esterilización pensados para prevenir o reducir la potencial transmisión de patologías del paciente al personal (odontólogos, higienistas dentales, auxiliares y protésicos dentales), del personal al paciente o incluso entre pacientes.
Esta actitud también está regulada por disposiciones legales específicas: la prevención del riesgo infeccioso se basa en la adopción sistemática de las medidas establecidas por el Título X del Decreto Legislativo italiano 81/08 y las medidas específicas previstas por el D.M. italiano 28/9/90[6].
Para la seguridad de profesionales y pacientes, Zhermack propone la amplia gama de productos Zeta Hygiene, diseñados para aplicaciones específicas que actúan contra los principales tipos de microorganismos y cumplen con las normativas europeas más recientes.
Bibliografía
[1] Sebastiani FR, Dym H, Kirpalani T. Infection Control in the Dental Office. Dent Clin North Am. 2017 Apr;61(2):435-457;
[2] Thomas MV, Jarboe G, Frazer RQ. Infection control in the dental office. Dent Clin North Am. 2008 Jul;52(3):609-28;
[3] Araujo MW, Andreana S. Risk and prevention of transmission of infectious diseases in dentistry. Quintessence Int. 2002 May;33(5):376-82;
[4] McCarthy GM. Risk of transmission of viruses in the dental office. J Can Dent Assoc. 2000 Nov;66(10):554-5, 557;
[5] Sebastiani FR, Dym H, Kirpalani T. Infection Control in the Dental Office. Dent Clin North Am. 2017 Apr;61(2):435-457;
[6]https://online.scuola.zanichelli.it/fondamentignatologia/files/2022/08/La_dinfezione_in_ambito_odontoiatrico.pdf
[7] Cabrera-Tasayco FDP, Rivera-Carhuavilca JM, Atoche-Socola KJ, Peña-Soto C, Arriola-Guillén LE. Biosafety Measures at the Dental Office After the Appearance of COVID-19: A Systematic Review. Disaster Med Public Health Prep. 2021 Dec;15(6):e34-e38.
[8] Miller CH, Tan CM, Beiswanger MA, Gaines DJ, Setcos JC, Palenik CJ. Cleaning dental instruments: measuring the effectiveness of an instrument washer/disinfector. Am J Dent. 2000 Feb;13(1):39-43.
¿Quieres más información sobre los productos y soluciones de Zhermack Dental?
Contáctenos